Carta a un mal peón

28.05.2018

No pasará nada si un día todo esto se rompe y cae sobre mí, si lloro más de la cuenta y río menos de lo estipulado. Tampoco pasará nada si me rindo antes de tiempo y echo a correr como una cobarde en busca de la vía más fácil aunque sea la menos factible. No pasará nada si un día te veo pasar por la calle y no te sonrío, te miro, o se me paraliza el corazón. Será señal de que habré pasado página.
Supongo también que no pasará nada si dejo de mirarme en el espejo de los complejos y lo hago en el de las virtudes, si empiezo a buscar oportunidades y a disfrutar del momento. Creo que ya va siendo hora de coger aire, de respirar y de sonreír al mundo como si nada malo hubiera pasado. Ya basta de mirar hacia atrás, hay un presente gritándome que sea yo misma de una vez por todas y todo un futuro esperando para recibirme. Qué quieres que te diga, es ocasión de mirar por mí y dejar de preocuparme por si hoy te habrás acordado de que existo. La vida son dos días y quizá alguno de ellos ya no esté aquí, así que ya no tengo tiempo para ti.

Malgasté muchos segundos, minutos, horas e incluso meses en conseguir reencontrarme con tus ojos, creyendo que las mentiras habrían acabado. No fue pérdida de tiempo, sólo un tiempo mal gestionado.

Así que, con tu permiso o sin él voy a sonreirle al mundo, a levantar la cabeza y soltar mi melena al viento. Dispongo de una sonrisa demasiado bonita como para que el planeta no pueda contemplarla.

No es narcisismo, es amor propio. Y bueno, si quieres considerarme narcisista, no tengo el menor problema.

Si no me quiero yo, no lo hará nadie.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar