Variable X
Decidí tomarme unos días antes de volver aquí y escribir de nuevo, hasta el momento no me he sentido lista para hacerlo. Hace un tiempo, no muy lejano, solo escribía cuando me sentía triste y creía que mi vida dejaba de tener sentido porque X persona ya no estaba a mi lado. Las cosas han cambiado.
La verdad es que dicha variable X, ha ido adoptando formas y nombres distintos a lo largo del tiempo y ninguno de ellos ha sido el definitivo. Sentía que jamás podría averiguar mi valor, el de Y, hasta que no conociese el valor de X. A día de hoy, me he dado cuenta de que he estado equivocada todo este tiempo. Un par de semanas atrás me habría visto en un callejón sin salida y en duelo por la pérdida de dicha variable de nuevo, me habría sentido una auténtica fracasada por no ser capaz de mantener a nadie a mi lado el suficiente tiempo como para dejar de sentirme vacía y sola.
Sin embargo, he vuelto a casa, y esta vez sin nadie de la mano, comprometida conmigo misma y con lo que quiero. Sin atarme a un nombre y a un corazón, queriéndome cada día un poquito más. He visto por fin lo feliz que puedo llegar a ser sin nadie, sin ti; he acabado con esa dependencia emocional que me tenía vinculada a ti constantemente. Ahora sé que lo que pasó no fue cosa mía del todo, que ambos compartíamos parte de la culpa. Me siento muy bien desde que te he dicho adiós para siempre, desde que ya no eres una variable en mi vida porque sencillamente no tienes valor en ella.
Quizá andas tan perdido que quien de verdad necesite encontrarse a sí mismo seas tú y no yo; quizá no sepas que dar es mucho mejor que recibir, y que para besar a alguien no son necesarios los labios. Pero ya ves, pese a haberte dicho adiós durante un tiempo, sigo queriendo enseñarte y aprender de ti porque puede salir bien ahora que yo soy otra muy distinta, ahora que ya no hay nada que me una a ti de forma permanente y enfermiza.
Puedes ser esa variable con un valor cero, porque no la necesito para saber que Y, yo, valgo lo mismo contigo que sin ti.